el fruto del corazón árido. acrílico sobre tela. 78x88 cm. año 2011 |
Atravesando los cristales, las mujeres, dos pisos hacia abajo, dulce tintinear de los vidrios compañeros.
Esas mujeres me miraban con sonrisas torpes y decían: -mi vida entera no vale nada-.
Esas mujeres, tras los cristales aún intactos, me sonreían y mostraban unos blancos dientes y escondían tras las amplias polleras a sus niños que dormían acurrucados entre las telas.
Las mujeres dijeron que se iban,
y una tras otra,
destrozando las ventanas, se fueron volando.
Los pibes, con el vuelo de las polleras se empezaron a despertar del sopor que los atenazaba a sus madres.
Las madres, que se habían convertido en pequeños,
pequeñisimos cristales,
para así poder entrar en la garganta de sus hijos.
1995- del libro casaboreal
numero 2 de la serie biomecánicos. lápiz color sobre papel 25x12 cm. año 2011 |
de la población hambrienta.
Dimos con ella en la tarde, al vernos,
los rostros desencajados nos
sacudieron, arrastraron, registraron,
y los ojos deprimidos
se silenciaron aún mas.
Las casas tenían un aire flaco los arboles
carcomidos, las cortezas hervidas supusimos,
y nosotros, que no teníamos alimento, pero
eramos los dioses aún,
debíamos solución a nuestras creaciones.
Pero la Repulsa la Atroz nos impulsó
y ordenamos:
_que la mitad-ciudad sea confinada,
_que la mitad-ciudad sea saciada.
y nosotros, dioses exanimes,
contemplamos el festín, y satisfechos,
los sobrevivientes nos honraron y exaltaron.
del libro casaboreal 1995
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